Cultura del grano del café

Cómo reconocer un Espresso perfecto

El placer de beber un buen Espresso es todo un ritual.

Sin embargo, varios aspectos influyen en esta agradable experiencia que es el destino final de un viaje en el que los granos de café se transforman magistralmente en un gran resultado en la taza.

El Espresso se compone de dos capas: una crema dorada, espesa y persistente que flota sobre un líquido oscuro y denso. Sin embargo, a pesar de su simplicidad, preparar un buen Espresso no es fácil. 

El Espresso perfecto de De’Longhi refleja el Arte de la Transformación, que comienza con granos de alta calidad que posteriormente se someten a tres etapas: molienda, prensado y elaboración. Para discernir si el resultado en la taza es un éxito, los amantes del café sólo tienen que echar un vistazo al interior de sus tazas para examinar algunos aspectos que caracterizan a una taza perfecta.

 

El corazón de la bebida

El núcleo del Espresso, el líquido oscuro, contiene azúcares disueltos, ácidos, sales, cafeína y otras sustancias, que aportan los ricos y deliciosos sabores y aromas que tanto gustan a los consumidores de café. La crema actúa como un tapón que retiene los aromas volátiles que contiene el líquido subyacente. Ambas son cruciales para determinar la calidad de un Espresso.

 

Los cuatro componentes

Cuatro características determinan el Espresso perfecto, empezando por el aspecto de su crema: debe tener un grosor de 3 a 4 mm, una superficie uniforme y un tono avellana. A continuación, el sabor debe presentar un marcado equilibrio entre ácido, dulce y amargo. Para el experto cafetero Andrej Godina, el sabor tiene que “no ser persistente, sino equilibrado entre los sabores del espresso, ácido, dulce y amargo”.

El espresso también debe tener un cuerpo denso, lleno y redondo, otra forma de describir cómo se siente en la boca. Debe ser consistente y pesado, pero oscilar entre ligero y pleno. Los descriptores positivos del cuerpo son suave, almibarado, cremoso, mantecoso/aceitoso y sedoso, mientras que la sequedad y la astringencia no son buenas características. 

Por último, el aroma es esencial. Intensidad y calidad son las dos características que se tienen en cuenta cuando la nariz se acerca a la taza y los receptores olfativos entran en contacto con los aromas que desprende la bebida. Según el experto cafetero Andrej Godina, “el aroma debe ser complejo”, lo que significa que debe ser potente y matizado, no monótono.

 

La crema en el punto de mira

¿Cómo detectar la crema perfecta? Evaluando su color, textura, consistencia, elasticidad y persistencia. El color debe ser avellana, lo que indica una extracción perfecta. En cuanto a la textura, fíjate en el grosor de las burbujas: El café Arábica ligeramente tostado suele producir una textura fina, mientras que los granos tostados oscuros y Robusta tienen una textura más gruesa. La consistencia refleja la capacidad de la crema para mantenerse compacta como la nata montada. Normalmente, la mejor consistencia se obtiene con mezclas de tostado medio/oscuro de Arábica y Robusta. La elasticidad se caracteriza por el hecho de que la crema se estire o no sobre el café si se rompe con una cuchara. Por último, la persistencia se refiere a la capacidad de la crema para aguantar hasta la última gota.

 

Temperatura del café y estilo de la taza

El café no es el único elemento de un Espresso perfecto. La taza también influye notablemente en la calidad sensorial de la bebida, no sólo por su forma, sino también por su capacidad para mantener la temperatura perfecta.

El mismo café a diferentes temperaturas sabe completamente distinto, por lo que el control de la temperatura es esencial. La taza de café ideal debe tener forma de cono invertido y truncado, con el fondo en forma de huevo o curvado para facilitar la creación de vetas perceptibles en la crema. Lo ideal es que la temperatura de la superficie interna de la taza sea de unos 45°C para poder degustar la bebida a una temperatura de unos 65°C.

Ahora que ya sabes lo que caracteriza a un Espresso perfecto, te toca a ti convertirte en un auténtico experto cafetero. La próxima vez que prepares uno con una cafetera De’Longhi, pruébalo y disfrútalo apreciando la textura, el cuerpo y el aroma, así como el inimitable arte de transformación garantizado por De’Longhi.

 

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