Tendencias y estilo de vida

Las cafeterías más emblemáticas de España

En nuestro país tenemos una gran cultura cafetera y ello se hace patente con la gran cantidad de cafés fundados hace más de un siglo. Te mostramos las cafeterías más emblemáticas de España para que puedas visitarlas durante tus vacaciones.

1. Café Gijón (Madrid)

El Gran Café de Gijón, situado en el Paseo de Recoletos, 21 entre la Cibeles y Colón es un café literario fundado en 1888 por Don Gumersindo García, natural de Gijón.

En el Café Gijón se reunían artistas y escritores de la talla de Ramón y Cajal, Valle-Inclán o Pío Baroja. En él se hacían tertulias culturales y, probablemente, haya sido uno de los lugares de inspiración para grandes obras de nuestra literatura.

 

 

2. Café Moderno (Pontevedra)

Otro café centenario y que desde siempre fue sede de innumerables artistas es el Café Moderno de Pontevedra, situado en la Praza San Xosé, 3 en un icónico edificio.

En su interior pueden contemplarse pinturas del conocido pintor gallego Laxeiro. Fue también el lugar de tertulias culturales de artistas como Cabanillas, Castelao y Bóveda y en 1932 Federico García Lorca era uno de sus clientes más habituales.

 

3. Café Iruña (Pamplona)

Fundado también en 1888 y ubicado en el casco antiguo de la capital Navarra, el Café Iruña es un lugar que te transportará a otra época, gracias a su decoración con antiguas lámparas, espejos, sillas y escudos.

Sin duda, el Café Iruña es uno de los espacios con más tradición literaria universal de toda Pamplona. Puesto que era frecuentado por uno de los escritores internacionales más reconocidos, Ernest Hemingway. De hecho, el café cuenta con “El Rincón de Hemingway” en el que se encuentra una estatua de bronce a tamaño natural del escritor norteamericano.

 

4. Café de Levante (Zaragoza)

El famoso Café de Levante se creó en 1895 y debe su nombre a su ubicación en lo que era la carretera que llegaba desde el Levante. Hasta 1927 estaba situado en la Puerta del Carmen y en él se daban cita personajes como Santiago Ramón y Cajal o Moisés Calvo. También se reunían allí los participantes de la Exposición Hispano-Francesa de 1908.

Del 1927 hasta el 1976 se ubicó en el Paseo Pamplona y fue parte activa de la vida zaragozana como centro de torneos de ajedrez y tertulias culturales. Finalmente, la venta de la finca obligó a los propietarios a cambiar su sede a la calle Almagro, donde podemos encontrarlo hoy en día. En esta última etapa algunos de sus clientes más habituales fueron Juan Antonio Labordeta o Carlos Pauner.

 

5. Els 4 Gats (Barcelona)

El edificio modernista diseñado por el arquitecto modernista Puig i Cadafalch fue la ubicación ideal para el conocido 4 gats. Fundado en 1897 por Pere Romeu fue el principal lugar que albergó la cultura bohemia de la Barcelona del inicio del siglo XX.

Grandes artistas como Pablo Picasso, que realizó una exposición en 1900, Santiago Rusiñol, Ramón Casas, el músico Isaac Albéniz y el gran Antoni Gaudí eran algunos de sus clientes.

Con la guerra civil y la dictadura el local permaneció cerrado hasta que a finales de los 70, Pedro Moto, Ricard Alsina y Ana Verdaguer, tres empresarios del mundo de la gastronomía, reabrieron sus puertas. En 1988 fue Josep Mª Ferré quien tomó las riendas y lo convirtió en el restaurante que es hoy en día, pero preservando su esencia bohemia y cultural hasta el punto de que en la actualidad se realizan exposiciones, concursos de pintura y escritura y tertulias “Picassianas”.

 

 

6. Confitería La Campana (Sevilla)

Aunque como su nombre indica, en la Confitería La Campana de Sevilla son maestros artesanos pasteleros, también son especialistas en servir los mejores cafés. En 2016 recibieron el Premio Tradición Catunambú por la calidad de su café.

La Campana está situada en el casco histórico de la ciudad y no ha dejado nunca de funcionar desde que Antonio Hernández Merino la fundó en 1885. Mantiene la esencia de finales del siglo XIX con sus cristaleras con dibujos de esa época y la madera como elemento decorativo principal.

El éxito de esta legendaria pastelería, que fue “proveedora de la Real Casa” como aparece en su escudo, se debe a la tradicional forma en que preparan sus especialidades en su propio obrador.