Hasta hace no mucho tiempo, el tueste era un arte porque los torrefactores no tenían ningún tipo de referencia en la que basarse, así que la experiencia contó mucho. En la actualidad, la tecnología proporciona a los torrefactores las herramientas adecuadas para replicar curvas de tueste específicas, garantizando el mismo resultado en cada taza. Maurizio afirma que las materias primas afectan al resultado en un 50 %. Obviamente, el otro 50% depende de la calidad del tueste.