Uno de los conceptos erróneos más generalizados es que el café descafeinado es un café de segunda clase. Esto no podría estar más lejos de la verdad. El proceso, si se realiza correctamente, con materias primas de buena calidad, garantiza que las características organolépticas del café no se alteren. El mercado descafeinado está creciendo y, teniendo en cuenta que la calidad del producto seguirá mejorando, al igual que su preparación, se espera que los volúmenes de café descafeinado aumenten en los próximos años.