Tendencias y estilo de vida

Café y salud

Hasta hace no muchos años se ha asociado el consumo del café junto con el tabaco y el alcohol, como prácticas de vida no saludable, y era para los médicos, de los primeros hábitos de consumo que había que eliminar, cuando se detectaba alguna anomalía, sobre todo cardiovascular. ¿Culpables? Nadie. Simplemente se trataba del desconocimiento del producto y una falta de recursos necesarios para realizar estudios que finalmente han demostrado que: el consumo de café es beneficioso para la salud, por supuesto, todo en su justa medida.

Igual que otros alimentos, el café tiene nutrientes, pero también tiene otros componentes que inciden directamente en la salud, como son, la cafeína, aminoácidos, polisacáridos, carbohidratos, triglicéridos, antioxidantes (polifenoles), vitaminas (sobre todo de la familia B) minerales, fibra…

Se trata de la segunda bebida más consumida en todo el mundo, por ello se ha llegado a la certeza de que un consumo moderado de café (de 3 a 5 tazas diarias) encaja en una dieta equilibrada -siempre y cuando no se padezcan enfermedades en las que su consumo pueda ser contraproducente-.

 

 

La cafeína y su efecto antioxidante

La cafeína tiene la peculiaridad de estimular nuestro sistema nervioso central, mejorando los niveles de alerta, así como el rendimiento físico y mental.

A pesar de la creencia popular de la gente, que considera que tomar el café con algo de leche “les pone menos nerviosos” saber que la cafeína ingerida es similar si lo acompañas con leche o no, con la peculiaridad de que, si te tomas el café solo, esa cafeína tardará en salir del cuerpo menos tiempo que si lo ingieres con leche, ya que se tiene que hacer la digestión de la leche.

Los polifenoles son los antioxidantes más presentes en el café, pero no están solos, ya que la cafeína inhibe la oxidación de los lípidos, lo que le convierte en un potente antioxidante y, además, en el tueste, se forman unos compuestos que se llaman melanoidinas, que también tienen un alto poder antioxidante.

Aunque parezca mentira, un solo grano de café puede llegar a contener alrededor de 1500 componentes, muchos de los cuales son beneficiosos para nuestra salud. La mayoría de ellos son antioxidantes (polifenoles) y cafeína.

Múltiples estudios realizados por distintas Universidades de prestigio han relacionado el consumo de café con los siguientes beneficios para nuestra salud:

  • Protege contra la diabetes tipo II.
  • Reduce el riesgo de cáncer de hígado hasta en un 40%.
  • Ayuda a aliviar las migrañas.
  • Reduce el riesgo de cáncer de piel.
  • Previene la enfermedad de Parkinson y ayuda a mejorar el control del movimiento del cuerpo, en pacientes que tienen esta enfermedad.
  • Ayuda a prevenir otras enfermedades del hígado, como la cirrosis y alguna enfermedad autoinmune.
  • Es bueno para el corazón, ya que el consumo de 2 tazas/día, reduce en un 11% la insuficiencia cardíaca.
  • Previene enfermedades degenerativas.
  • Combate la depresión
  • Puede reducir en un 20% el riesgo de padecer Alzheimer con un consumo diario de 3-5 tazas
  • Reduce el riesgo de accidentes cardiovasculares. Los consumidores de café tienen un 20% menos de riesgo de apoplejía.
  • Protege la visión, es decir, el deterioro de la vista con la edad.
  • Protege contra el cáncer de próstata. En hombres con un consumo de 4 tazas diarias, en un 59%.
  • Protege de los ruidos de la cabeza o “tinnitus” gracias a la cafeína.
  • Reduce el riesgo de cáncer de endometrio en un 20%, en consumos de 2-3 tazas diarias
  • Es bueno para las arterias, evita la obstrucción de estas, y, por lo tanto, los infartos.
  • Es una fuente de antioxidantes naturales.
  • Nos mantiene alerta, nos da energía, mejora la memoria y el rendimiento físico.

 

Pero hay que consumirlo con moderación. Beber demasiado café puede causar efectos adversos desagradables. Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oklahoma (EE. UU.) “La cafeína puede causar síntomas de ansiedad en los individuos normales, especialmente en pacientes vulnerables, como las personas con trastornos de ansiedad preexistentes”.