Cultura del café
Degustación del espresso: como catar el café
Todos sabemos que un espresso debe ser lujosamente cremoso, con un beso de crema espumosa y un regusto prolongado. Estas cosas son absolutamente ciertas en todos los buenos espressos.
Pero más allá de eso, comprender ciertos aspectos de su composición puede ayudar a mejorar la calidad de los espressos caseros, así como a revelar la calidad de una dosis en una cafetería o restaurante.
En términos generales, un perfil sensorial de un café de alta calidad es aquel que posee una buena acidez y dulzura, aromas florales y afrutados con un cuerpo completo y aterciopelado.
El análisis sensorial del café espresso tiene en cuenta 5 grandes áreas:
- Aspecto visual: el color de la bebida y la descripción de las características visuales de la crema en el espresso es el primer elemento en la descripción sensorial de una taza de café.
- Aroma: la intensidad y la calidad son las dos características principales que se tienen en cuenta cuando la nariz se aproxima a la taza y los receptores olfativos entran en contacto con los aromas liberados por la bebida.
- Gusto: Hay cuatro sabores básicos que se utilizan para describir el café y su sabor: amargo, agrio, salado y dulce, y el dominio de cualquiera de ellos depende de la composición de la mezcla.
- Cuerpo: El “cuerpo” de un espresso es otra forma de describir cómo se siente en la boca: consistente y pesado, pero que va de ligero a pleno. Los descriptores corporales positivos son suaves, siropeados, cremosos, cremosos o grasos, sedosos; los descriptores negativos son secos y astringentes.
- Regusto: El sabor que permanece en la boca después de tomar un sorbo de café y puede tener toques de chocolate, caramelo, especias, afrutado, ahumado, tostado y otros sabores.