Cafeteras

La cafetera Moka o italiana

Vamos a hablar sobre la cafetera más usada de España, y a la vez, la más maltratada. 

Mitos como que no hay que lavarla, para que el siguiente café tenga más sabor, o llevar el café a ebullición, o recalentar horas después ese café, han convertido a la Moka, en la víctima de las cafeteras domésticas.

Las ventajas de una de las cafeteras más populares son muchas.

Antes de nada, te recomendamos leer nuestro anterior artículo del café como alimento para comprender muchas de las cosas de las que hablaremos.

Esta cafetera conocida comúnmente como “la italiana”, o “ la de rosca”, o “la de toda la vida”, es una de las más sencillas de hacer, pero hay que tener un mínimo de interés para hacerla bien. Primero y fundamental es tener un buen café, que es el de especialidad, y está tostado con mimo, eso nos dará muchísimo mejor sabor final.

 

Normalmente el método común para hacer preparar café con esta cafetera es:

  • Llenar de agua del grifo, enroscar, poner el café, y cuando comience a hervir, tranquilamente se quita del fuego y luego sin prisa se sirve el café.

 

Este modo de preparación está plagado de errores fácilmente corregibles. Estos serían los pasos para hacerla de forma correcta

  • Lo primero es usar café de especialidad.
  • Muy importante también es el tipo de agua, a poder ser que sea agua mineral.
  • Ideal si tienes un molinillo y usas café recién molido.
  • Precalentar el agua antes de poner el café, ya sea con hervidor o en el fuego pero sin el café puesto.
  • Una vez esté comenzando a hervir el agua, colocar el café y enroscar con ayuda de un trapo.
  • Colocar el fuego al 70-80% de potencia y fijarnos, porque en torno al minuto aproximadamente, empezará a salir el café, en ese momento bajamos la potencia al 40-50% aproximadamente y esperamos.
  • En cuanto comience a salir más aire que líquido retiramos del fuego y enfriamos la cafetera bajo el grifo.

Como ya vimos, todas las variables de tiempo de contacto, temperatura de agua y demás, intervienen en nuestra bebida final, así que si la hacemos al estilo clásico de ponerla en el fuego y olvidarnos, estaremos quemando el café, pasando demasiado tiempo en contacto y a muy altas temperaturas.

 

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